viernes, 18 de marzo de 2011

LA CARTA

Tenía el corazón en la garganta, nunca había recibido una carta así. La firma era de un hombre, su nombre para mí era desconocido. Su vocabulario era correcto y sencillo. Su mensaje fue lo que me dejó helada. Este hombre me relataba en su carta casi toda su vida, yo la leía como si se tratase de una novela. La verdad, pensé, no había tenido una vida fácil, ni mucho menos. No entendía nada, al tiempo que seguía leyendo no salía de mi asombro. Me hablaba de una dura enfermedad que padecía, que no tenía demasiado tiempo y que había decidido dejarme toda su fortuna y sus propiedades a mí. Todavía lo entendía menos. Seguía relatando una historia de amor de su juventud, con una chica, que se llamaba igual que mi madre ya fallecida. Me contaba que fue un amor verdadero y el único amor de su vida. Como ella un día le dijo que estaba embarazada y como sus padres le prohibieron casarse con ella. El sintió miedo y dejó de verla, aunque siempre estuvo informado de toda su vida. Me decía en la carta que yo era su hija, y conociendo que mi madre ya no estaba conmigo y que jamás se casaron ninguno de los dos, se sentía en deuda conmigo y por eso me hacía única heredera de todo cuando él muriese, algo que cada vez veía más cercano. No salía de mi asombro, mi intención inmediata fue localizar a este señor por la dirección de la carta y tener aún la posibilidad de conocerle y brindarle mi ayuda como hija suya que era, siempre había echado de menos a un padre....


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